lunes, 31 de octubre de 2011
La belleza
Algarabía, alboroto, se te llena la boca al pronunciarlas. Tan sinónimos, que da gusto verlos.
Ella tan femenina tan confusa, -tan gritería, que bonito suena, el Buscón de la Rae da muchas alegrías - Mudas una vocal por otra y te das cuenta de que gritaría, mientras se enreda en su propia maraña. Y su amigo alboroto, !ay su amigo!... Las lenguas indiscretas insinúan que hay algo más. Las ávidas y aburridas vecinas, cotillean, malmeten. Lo que ignoran, es que en el alféizar de su alcoba, hay una mata de la familia de las Escrofulariáceas, que con su no sencilla pronunciación y su aroma fulminan cualquier calumnia, cualquier insidia.
Albo, así cariñosamente a decidido llamarle, cierto es que la ronda; un día al cine, otro a la heladería, paseos por el parque al atardecer. Sin darse cuenta, sin proponérselo la protege, la llena. La sensación es mutua. Una burbuja les envuelve, una burbuja porosa, osmótica que repele la mayoría de los malos rollos.
A uno le da por pensar que eso es la sinonimia, sencillamente la complicidad o la auténtica amistad, con sus tildes y sus dudas.Curiosamente esta bella historia transcurre tranquila, sencilla.
Tan antónima.
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