Las dos, una horita y fuera.
En total, después de echarse unas risas, al operario nº1 le da, en un tonto ataque organizativo, por tratar de hablar en serio.
Operario 1: Bueno a ver si conseguimos hablar un rato en serio.
Operario 2: (sonrisa) Venga sorprendeme
Operario 1: Qué si, que tenemos que organizarnos.
Operario 2: Valeee...
Operario 1: A ver, somos dos, lo que viene siendo una pareja. Hasta ahí estamos de acuerdo, ¿no?
Operario 2: Me vas a tener que invitar a un Coca-Cola.
(Más risas)
Operario 1: No en serio, somos una pareja y tenemos que compenetrarnos mejor, vamos organizarnos. Por ejemplo, cuando tú andas escaqueado por ahí, que al menos sepa donde andas.
Operario 2: Sí, eso está bien. (Sonrisa) Pero tampoco vamos a ir todo el día en plan pareja de picoletos.
Operario 1: Con el tricornio, ¿no?
(carcajadas)
Operario 2: Estás fatal.
Las dos y media.
Operario 1: A ver, segundo punto (esto parece un acta del congreso de majaras). También se me ocurre que deberíamos hacer más caso a los jefes. Aunque quitando un par de ellos, los demás son gilipollas, ahora que lo pienso.
( Ambos rien)
Operario 2: Si eso sí. (Aburridito ya )
Operario 1: A ver, que se me había ocurrido una cosa más. Ya sé... Coño se me ha olvidado.
Operario 2: Entonces seguimos igual, ¿no?
Operario 1: Pues.. va a ser que sí.
(Las dos y cuarenta)
Duchita y nuestros queridos operarios se piran.
Con está entrañable escena, queda reabierto el chiringo.
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